En la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos (CCDH), Declarada de Utilidad Pública, nos dedicamos a la investigación y la exposición de las violaciones a los derechos humanos cometidas en el campo de la salud mental. La CCDH es una organización de beneficio público con fines no lucrativos.
CCDH (en inglés CCHR) fue fundada en 1969 por la Iglesia de Scientology y el ya difunto Dr. Thomas Szasz, autor internacionalmente reconocido, así como Profesor Emérito de Psiquiatría en la Universidad Estatal de Nueva York, Syracuse. En aquellos días, las víctimas de psiquiatría eran un grupo minoritario olvidado, confinado en condiciones aterradoras en instituciones de todo el mundo. A causa de esto, CCDH redactó una Declaración de Derechos Humanos en la Salud Mental que ha servido de guía para la reforma de la salud mental.
Reconocida por el Ponente Especial para la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como impulsora “de muchas grandes reformas” para proteger a la gente de los abusos psiquiátricos, CCDH ha documentado miles de casos individuales donde se prueba que los fármacos psiquiátricos y las a menudo brutales prácticas psiquiátricas producen intensos desequilibrios mentales y son causa de violencia. Una de las causas principales del problema de las drogas en todo el mundo es el psiquiatra, quien durante décadas ha usado su influencia como doctor en medicina para imponer el uso de fármacos extremadamente peligrosos y adictivos que producen alteraciones en la mente de personas de todas las edades; llegando en casos hasta a niños de un año de edad.
Desde 1969, el trabajo realizado por CCDH ha ayudado a salvar las vidas de millones y ha evitado el sufrimiento innecesario a millones más. En muchos países es ahora obligatorio el consentimiento informado para el tratamiento psiquiátrico y el derecho a representación legal, defensa, recurso y compensación para los pacientes. En algunos países, el uso de la cirugía practicada en la psiquiátría y el electroshock en niños está prohibido.
Aunque CCDH no proporciona asesoramiento médico o legal, puede trabajar estrechamente con abogados y doctores en medicina, y apoya las prácticas médicas pero no las psiquiátricas.
Una de las principales inquietudes de CCDH respecto a la psiquiatría, reside en su sistema de diagnosis no científico. A diferencia del diagnóstico médico, los psiquiatras clasifican sólo los síntomas, no las enfermedades. Jeffrey A. Schaler, Doctor en Filosofía, dice: “la noción de la validez científica, aunque no haya una legislación al respecto, tiene relación con el fraude. La validez se refiere al grado en que algo representa o mide lo que afirma representar o medir. Cuando las medidas de diagnosis no representan lo que pretenden representar, decimos que las medidas carecen de validez … El Manual de Diagnosis y Estadístico (DSM-IV) publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana…es notoria por su baja validez científica.”
Entendiendo esta premisa del diagnóstico fraudulento, podemos ver por qué la psiquiatría a la que se han confiado miles de millones de dólares para erradicar los problemas de la mente, los ha creado y perpetuado. Sus fármacos-panacea causan actos irracionales de violencia, suicidio, disfunción sexual, daños irreversibles del sistema nervioso, alucinaciones, apatía, irritabilidad, ansiedad, psicosis y muerte. Y dada la práctica psiquiátrica de drogar de forma prácticamente desenfrenada a tantos de nuestros niños en edad escolar, no es ninguna sorpresa que el grupo de población con un mayor número de suicidios sea hoy en día el de nuestros jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 19 años.
CCDH incluye entre sus miembros a destacados doctores, abogados, artistas, educadores, representantes de derechos humanos y civiles, profesionales que consideran su deber “exponer y ayudar a abolir todas y cada una de las prácticas físicamente dañinas en el campo de la curación mental”. Ellos trabajan con muchos individuos y grupos cuya visión comparten, incluidos políticos, profesores, profesionales de la salud, gobiernos, funcionarios al cargo de la aplicación de la ley y medios de comunicación, para llevar a cabo estos objetivos, claramente reconocidos.
Hoy, con la fuerza de 135 oficinas en 34 países, CCDH se ha establecido como un poderoso grupo de defensa de los derechos humanos y cada año otorga sus Premios para los Derechos Humanos a los individuos que dan prueba de un coraje ejemplar en la lucha mundial por reestablecer los derechos humanos básicos en el ámbito de la salud mental.